Más información experta sobre la respuesta al coronavirus y las implicaciones para las personas con el VIH

Esta semana, las autoridades de la salud pública de EEUU y China han aportado más datos sobre la epidemiologías y la respuesta a la nueva infección por coronavirus, en el transcurso de la CROI2020.

Precisamente, la propia conferencia se está celebrando de forma virtual, con presentaciones online, en atención a las preocupaciones por la propagación del coronavirus.

Representantes de dichas autoridades han afirmado que, aunque hasta el momento no hay datos sobre el coronavirus y las personas con el VIH, el riesgo podría ser elevado entre aquellas que presenten niveles bajos de CD4 y las que carezcan de un acceso permanente al tratamiento antirretroviral.

A fecha 12 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de que se han producido aproximadamente 125.000 casos de COVID-19 en todo el mundo (registrados en 117 países), lo que ha ocasionado unas 4.600 muertes.

Aunque la mayor parte de las personas infectadas por la nueva cepa de coronavirus apenas experimentarán síntomas leves, en torno al 20% puede desarrollar una enfermedad más grave. Las personas de mayor edad, las que tengan otros problemas de salud previos y las que tengan un sistema inmunitario débil corren un mayor riesgo de desarrollar complicaciones de gravedad.

El doctor Zunyou Wu, del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de China, declaró que la mayor parte de los casos registrados en el brote original en Wuhan (China) se produjeron por contacto estrecho y, con frecuencia, se relacionó con clústeres familiares, registrándose un tiempo medio entre la exposición y la aparición de los síntomas de unos cinco o seis días. La fiebre constituyó el síntoma más habitual (alrededor del 80% de los pacientes), mientras que en torno al 40% de los infectados desarrollaban tos. En el momento del diagnóstico, el 80% de los casos eran de carácter leve, el 15% eran graves y el 5% se consideraban críticos.

Los casos de COVID-19 alcanzaron su punto máximo en China a mediados de febrero y, a continuación, disminuyeron de forma drástica. Sin embargo, la epidemia comenzó entonces a aumentar en otras partes del mundo. El doctor John Brooks, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés), presentó datos sobre la propagación del coronavirus fuera de China.

El doctor Brooks señaló que la infección se propaga, principalmente, a través de gotas de saliva en el aire (como las que se liberan cuando una persona tose o estornuda) que luego terminan en superficies de distintos objetos. El virus puede transmitirse cuando alguien toca esas superficies y lo transfiere a boca, nariz u ojos.

El doctor destacó que era más probable que las enfermedades graves se produjeran en personas de edad avanzada y en aquellas con otras comorbilidades ya existentes, como hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares o enfermedades pulmonares crónicas. Entre las personas con el VIH (muchas de las cuales tienen 50 años o más y presentan otros problemas de salud), es probable que el riesgo sea mayor en el caso de las que tienen un recuento bajo de CD4 y las que no toman tratamiento antirretroviral y su carga viral no es indetectable.

Entre las recomendaciones realizadas por el doctor Brooks estarían procurar garantizar el suministro de medicación para un mes como mínimo, mantenerse al día con las vacunas para la gripe y la neumonía neumocócica, establecer un plan de atención clínica en caso de aislamiento o cuarentena, y mantener una red social de forma remota, con el fin de proteger la salud mental y combatir el aburrimiento.

Actualmente no existe ningún medicamento, terapia inmunológica o vacuna frente al COVID-19, pero se están desarrollando y probando distintos compuestos. Los doctores Ralph Baric y Anthony Fauci hicieron una revisión de los tratamientos emergentes frente al COVID-19, así como de una posible vacuna contra el coronavirus.

Fundación VIHDA